Por Lizeth G. Peña
El devenir de una mujer trasvesti, que vive en la pobreza mientras estudia la universidad, situación que la obliga prostituirse para sobrevivir. Este es el hilo conductor de la novela Las malas (Planeta, 2019), de la autora argentina Camila Sosa, obra que le dio el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, en el 2020.
A través de la voz de Camila, la protagonista de la historia, nos cuenta las vicisitudes que pasó al llegar a la ciudad Córdoba, Argentina, para estudiar. Ahí, ante sus compañeros de escuela era Cristian, pero dentro de él existía Camila, esa chica que siempre se había manifestado desde muy temprana edad. Sin embargo, la sociedad de los años noventa, aún le era difícil aceptar la diversidad, por lo que Camila guardaba su identidad.
La necesidad de sobrevivir la lleva a descubrir el Parque Sarmiento, lugar que en el día era para los visitantes comunes, y “por la noche se torna salvaje. Las trasvestis esperan bajo las ramas...”. (Sosa, 2019, p.17). Así inicia la historia de la protagonista, entre ese espacio que se vuelve su refugio, su sostén y el lugar donde se presenta abiertamente como mujer.
Capítulo a capítulo, la autora va tejiendo su propia historia de vida mezclada con la ficción. En ella destaca la intolerancia y el abuso de los hombres hacia las trasvestis; la violencia que vivían noche a noche al salir a trabajar. Hay momentos en que la voz narradora describe no solo la brutalidad con la que eran tratadas, sino cómo eran rechazadas, vulneradas y asesinadas: “las estafas, la explotación de los chongos, la sumisión, la estupidez de creernos objetos de deseo, la soledad, el sida, los tacones de los zapatos que se quiebran, las noticias de las muertas, de las asesinadas [...] los golpes que nos da el mundo, a oscuras...”. (Sosa, 2019, pp. 33-34)
Entre esa realidad, Sosa construye otra con un halo de magia. Por ejemplo, la Tía Encarna es la síntesis de la experiencia de vivir todas esas vicisitudes de una trasvesti, desde décadas atrás, y es la representación de una maternidad que nunca será, pero que ella decide vivirla al estar cuidando de su clan y de un bebé que encuentra abandonado. Este personaje, que es la que reúne a todas las trasvestis y aconseja cómo defenderse del mundo, tenía 178 años y aun así, ella tenía la fuerza para salir a trabajar.
Otro detalle que transita entre la realidad y la magia, es el personaje de María, una muda que suele ser la que asiste a la Tía Encarna, y que conforme pasa el tiempo, ella se convierte en pájaro, que bien podríamos interpretar como una forma de huir de un mundo que no las quiere.
Dentro de la novela aparece un bebé que es encontrado por la Tía Encarna en las zanjas que había en el parque que, por cierto, era el lugar donde se escondían las trasvestis cuando la policía hacía redadas. La zanja es el símbolo de la salvación o la muerte, así como le decía el padre de Camila (cuando era adolescente y ocultaba el gusto de vestirse como mujer), cuando escuchaba noticias de hombres trasvestis, que siempre terminaban muertos en una zanja. Pues justo en ese lugar, aparece este pequeño de tres meses que es bautizado como “El Brillo de los ojos”, quien se vuelve el impulso de todas para ser mejores, la Tía Encarna lo adopta como el hijo que nunca tendrá.
Con un lenguaje que transita entre lo poético, cotidiano y hostil (y no es para menos), Camila Sosa muestra a un grupo de trasvestis que buscan, pese a la adversidad, la felicidad, la tranquilidad y el amor ¿quién no desea eso?
Mucha de la historia de vida de Camila Sosa, se ve reflejada en este libro, pues ella ha hablado varias veces de este tránsito de reconocer su identidad, de superar la pobreza, la violencia, de haber sido prostituta. Por cierto, en YouTube hay una charla de TDX que es sumamente desgarradora y conmovedora, se las recomiendo.
Autora: Camila Sosa Villada
Título: Las malas
Año y editorial: 2019, TusQuets
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