Por Lizeth G. Peña
La autora tijuanense Marcia Ramos se estrena como dramaturga con su más reciente obra: La resurrección de Rosita Morales, pieza dramática en la que explora la violencia de género y feminicidios.
A través de cinco personajes, cuatro mujeres en la que Rosita es la protagonista, y un hombre, la autora construye una historia de encuentros entre las personajes, quienes se muestran reflexivas al hablar de la violencia a las que han sido expuestas, por supuesto ejercida por los hombres que las rodean. Con ello, la autora destaca lo que las estadísticas dicen: “En 2022, se denunciaron 968 casos de feminicidios, un aumento del 127 % con respecto a 2015.” (Índice de Paz México 2023), de las cuales cientos de mujeres mueren por la mano de la pareja.
Así Rosita da a conocer su historia de feminicidio a manos de su pareja, quien narra en su encuentro con María Magdalena, ya fuera del plano terrenal. Como una nota aparte, es interesante ver cómo la autora ha llamado a este personaje María Magdalena, recordando al lector/espectador a la mujer que ayudó a Jesús en la última etapa de su vida, lo vio morir y lo vio resucitar, y que además fue señalada por la sociedad de entonces como una mala mujer; aunque la misma personaje aclara que no tiene qué ver con esa María Magdalena, pero no es gratuito la elección de este nombre.
En ese mismo camino más allá de la muerte, Rosita se encuentra con otras mujeres que no están en el mismo plano que ella pero el contacto se da, como con su amiga Paulina, quien la pone al tanto de lo que pasó después de su asesinato.
Además de la violencia física, la autora destaca otras violencias más sutiles. Un ejemplo es cuando María Magdalena le dice a Rosita: “Siempre fue así, solo que las mujeres morían en su casa de silencio y después se volvían parte de los muebles”, dando entender que también el ignorarlas en su propio hogar, también es violencia. O la exigencia a las mujeres de no envejecer, estar siempre arregladas para que no las critiquen y porque así las quieren ver los hombres y la misma sociedad; que se refuerza con el siguiente diálogo: “... una vez que te llenas de arrugas eres invisible, es algo que no se puede detener. Nadie te quiere dar trabajo y a nadie le importa tu conocimiento”.
Otro punto que me parece muy importante es que las personajes pertenecen a distintas generaciones, señalando que no es algo de esta época, sino al contrario, son décadas (y siglos) en las que las mujeres han sido vejadas.
Marcia Ramos, a través de los diálogos, invita al lector/espectador a reflexionar sobre las pequeñas y grandes acciones que muestran el castigo, los abusos, las violaciones (en todos los sentidos) que sufren las mujeres en los espacios más íntimos que son los hogares, y aun con esa realidad brutal, también logra imprimir el humor (ácido) durante las charlas que tienen las mujeres. ¡Ya quiero ver esta obra en el teatro!
Autora: Marcia Ramos
Editorial: La tinta del silencio.
Año: 2023
Encuéntralo en El grafógrafo o directamente con la autora en su página Brevedades infinitas.
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