Por Lizeth García Peña
Hay eventos en la vida que prácticamente todos vivimos: perder un amigo por un pleito; una traición; desdén de alguna persona; el desamor o el duelo amoroso. Si tu caso es lo último, el poemario de Rómpase en caso de (2019), de Mónica Morales, te puede servir como aliciente para sobrellevarlo o tal vez sirva para encontrarte en algunos de los versos de los 46 poemas que lo componen.
Mónica Morales (Irapuato, 1976) captura en este cuarto poemario, escenas cotidianas ante la pérdida de un amor, momentos que van desde el extrañar a ese cuerpo que llenó parte del espacio personal, fotografías mentales que retienen las caricias y besos que ya no volverán a ser.
Rómpase en caso de es la metáfora de un extintor dispuesto para la emergencia amorosa o más bien de un desamor; es una búsqueda de una fórmula para el rescatarse del duelo:
«Crash
El sonido aún flota en el ambiente.»
Así inicia el poemario de Mónica, con el sonido que muestra la imagen de todos sentimientos hechos pedazos, desperdigados por el suelo. A partir de ese momento, se inicia el aturdimiento que causa la pérdida:
«¿Qué pasó?
¿Qué cosa en mala hora
terminó por romperse?»
En la segunda parte, la poeta aborda los «Primeros auxilios», esa atención inmediata que requiere el sujeto que vive el desamor. Primeros auxilios que se traducen en viajes; en el contacto con los amigos; en el reconocimiento y desconocimiento de uno mismo en un antes y un después del ser amado. Todo puede funcionar como posibilidad de aliviar el dolor:
«Un buen día encuentras
una fotografía de entonces
cuando el brillo en la mirada»
En la última parte llega la «Muerte clínica», donde el recordatorio, casi a manera de reclamo, sobre las «contraindicaciones» de los efectos amorosos. Son los momentos en los que se agolpan los recuerdos que están en todo y en todas partes: cuerpo, manos, labios, piel, y revivir la memoria de todos esos amores que han habitado la vida.
Rómpase en caso de, Mónica Morales, es la metáfora de una guía del camino sinuoso que se habrá de recorrer en el duelo amoroso, sus posibles medicaciones para aliviarse, con el peligro de intoxicarse y no recuperarse jamás.
«Crash
Un minuto de silencio por todos los amores
[fallidos.»
Texto publicado originalmente en Hipérbole Frontera, Año 1, No. 9, marzo 2021
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