Por Lizeth G. Peña Dagoberto y Lucio ya llevaban algunos meses viajando de mochilazo, jóvenes mexicanos de 17 años que se lanzaron a conocer todo el continente americano. Corría el año 1973 y los protagonistas habían llegado a Panamá, donde se vieron en la necesidad de continuar su viaje en barco, pues cruzar la selva vía terrestre era imposible. Así es como los viajeros pidieron trabajo en un barco porque, además, ya no tenían dinero. Con eso la novela Buenaventura, 240 horas a la deriva. Luis Rubén Rodríguez Zubieta, autor de la novela, nos invita a la excursión de estos adolescentes, el cual originalmente duraría un poco más de 24 horas, y por una serie de problemas mecánicos del barco, el recorrido se alargó más de lo esperado, de ahí el título de 240 horas. Además de los problemas del propio transporte, la situación se complica más por las personas que viajaban en él: la tripulación y los viajeros que llevaban sus autos a bordo, quienes eran d...